La ruta masculina del Neolítico por el Mediterráneo
El papel del Mediterráneo en el poblamiento del Europa hace más de 5.000 años toma relevancia, a tenor de los datos que aportan los estudios genéticos. Esta semana, científicos franceses han revelado que esa ruta del sur del continente fue seguida, preferentemente, por los hombres de aquella época, que la prefirieron frente a la ruta centroeuropea para llegar hasta las tierras francesas.
Cueva Traille en Francia |
Para llegar a esta conclusión, que publican en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS), los investigadores, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas y el Centro de Investigación sobre Prehistória en el Mediterráneo, han estudiado el ADN extraído a 53 individuos que fueron enterrados en la Cueva Traille, localizada en el sureste francés.
Esta gruta fue utilizada como necrópolis por la comunidad que habitaba en esta región hace 5.000 años y, gracias al buen estado de conservación de los fósiles, el equipo, dirigido por Bertrand Ludes, logró rescatar muestras genéticas en 29 de los restos encontrados, que se compararon con las de habitantes actuales.
Hay que recordar que el Neolítico es un periodo clave en la historia de los asentamientos europeos, porque fue entonces cuando se produjo la mayor expansión humana, y los genes ayudan a conocer los caminos que siguió la especie. En este caso, además de conocer las relaciones que había entre todos los enterrados, se quería conocer su origen geográfico a través de ADN mitocondrial (ADNmt), el cromosoma Y y la mutación que permite seguir bebiendo leche después de la niñez (tolerancia a la lactosa).
Cementerio masculino
Los científicos mantienen la hipótesis de que la necrópolis fue un cementerio dedicado solo a individuos masculinos de un mismo linaje paterno, dado que al menos 22 eran hombres, frente a solo dos mujeres. En las poblaciones actuales, estos datos sugieren que las comunidades eran patriarcales y que usaban la cueva de enterramiento únicamente para los que compartían lazos de sangre, lo que indica un rito funerario especial.
Algunas mutaciones genéticas confirman que parte del linaje materno de aquellos individuos era muy antiguo, con un origen en el Paleolítico Superior probablemente. Y no hay evidencias de que quienes fueron enterrados en Treilles tuvieran características que si son muy comunes en neolíticos de Europa central y la costa atlántica. A tenor del ADNmt, su origen sería más mediterráneo que de esa otra zona más al norte.
Los linajes paternos parecen menos diversos. Sólo se han identificado dos halogrupos (caracteres genéticos). Uno de ellos surgió en el sur de Europa en la Edad de Hielo y otro se cree que es un marcador de las migraciones de granjeros europeos en el Neolítico.
El bajo porcentaje de rasgos específicos compartidos entre los habitantes de Treilles y las poblaciones actuales francesas (menos del 2%), significaría que el segundo de los dos anteriores halogrupos acabó por desaparacer en los últimos milenios. En todo caso, su localización a lo largo de la costa del Mediterráneo indicaría que parte de los genes masculinos tuvieron que provenir de la expansión por esa zona de una población sureña.
El estudio de la mutación de la tolerancia a la lactosa confirma esta teoría. Esta mutación está presente en el 43% de la población francesa actual, pero es muy rara entre los escandinavos o los primeros europeos del Neolítico. Un estudio reciente ha señalado que este mutación apareció en la región entre los Balcanes y Europa central, pero no se cuentra en Treilles, lo que significaría que no adquirieron esa facultad de digerir leche de adultos.
En su caso, las comunidad estaría cercanba a las culturas de agricultores y pastores que tenían cabras y ovejas pero consumían la leche fermentada, y no bebida.
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