26/01/11

Negocio in vitro



O negocio in vitro

  • Una clínica los ofrece si sus padres no se han pronunciado sobre su destino
  • Tras la reproducción asistida, las parejas pueden donarlos o destruirlos
  • La ley indica que si no hay orden paterna, pasan a ser del centro

Hay parejas que lo han intentado todo para tener un hijo. Ciclos y ciclos de reproducción asistida con los gametos propios, con los de donantes... Miles de euros invertidos y la salud psicológica minada porque se les niega el deseo de ser padres. Algunas clínicas de reproducción asistida les ofrecen otra vía, no exenta de reparos: adoptar embriones sobrantes de los tratamientos de otros pacientes. Gracias a ella, "soy una persona completamente nueva y feliz", asegura Ana.
Su caso es el de cientos de parejas dentro y fuera de nuestras fronteras, que tienen dificultades para concebir (un porcentaje cada vez más alto, que ronda ya el 20%) y que pasan años intentando tener un hijo. "Llegó un momento en el que psicológicamente no podíamos más", recuerda Ana, de 39 años. "Con cada negativo en los ciclos se va una parte de mi".
La salida la encontró en el Institut Marquès de Barcelona, un centro dedicado a la reproducción asistida que fue el primero en ofrecer la adopción de embriones a sus clientes. "Cuando se acumularon miles y miles, hubo que pensar qué hacíamos con ellos", explica a elmundo.es Marisa López-Teijón, una de las responsables de este programa. "Intentamos darlos para investigación, pero nadie nos los ha cogido", asegura. Y, entonces, cambió la ley.

Plazo de cuatro años

Ahora, las parejas que se somenten a una fecundación 'in vitro' (FIV) tienen un plazo de cuatro años para informar a la clínica de lo que desean hacer con los embriones sobrantes (donarlos para investigación, para otras parejas o bien destruirlos). Transcurrido ese periodo, si no se han pronunciado, pasan a ser propiedad del centro. El Instituto Marqués, y algunos otros después, decidieron crear un programa de adopción de embriones con aquéllos procedentes de parejas sanas y menores de 35 años.
Como explican en su web, "adoptar embriones es hacer un tratamiento para quedarse embarazada con embriones que han quedado sin destino asignado por sus padres biológicos". Una opción algo más barata que la fecundación 'in vitro' tradicional (3.000 euros frente a, como mínimo, el doble) que también se puede hacer con cigotos donados expresamente por sus progenitores.
En ambos casos, "la indicación es la misma que la de la donación de óvulos o esperma, pero la eficacia es algo menor", señala Manuel Fernández, director del Instituto Valenciano de Infertilidad en Sevilla. Allí, sólo se ofrecen para su implantación los embriones que otras parejas han donado expresamente "no los 'abandonados'", aunque reconoce que cuando empiecen a vencer los plazos (la ley es de 2006 y para muchas parejas aún no han transcurrido los cuatro años estipulados) tendrán que tomar una decisión.
El problema es que la mayor parte de las parejas que se somete a una fecundación 'in vitro' no saben qué hacer con los embriones que no han utilizado. "Muchos prefieren agotar los tiempos legales", indica Fernández, y, casi siempre se ihniben de la decisión dejando en manos de las clínicas miles de cigotos y una cuestión bastante polémica a resolver.
De hecho, el pasado verano la noticia saltó en la prensa del Reino Unido que acusaba a la clínica catalana de dar embriones a terceros sin el consentimiento de los padres, un escándalo para muchos en las islas británicas -de donde proceden bastantes pacientes atendidos en las clínicas reproductivas españolas-, pero que cumple con la normativa española.

Una oportunidad única

Como Ana, decenas de mujeres (y sus parejas) pueden cumplir sus sueños de paternidad gracias a estos embriones. "Es una solución para muchas personas que no podemos tener hijos y es una oportunidad muy importante que nos da la ciencia", subraya.
Aunque no siempre es una decisión sencilla porque "al principio te cuesta un poco aceptarlo, con el tiempo te das cuenta de que lo que quieres ser es padre", asegura. "Cuando se te van cerrando puertas y más puertas, yves que no consigues lo que más quieres, que es formar una familia..."
Al final, decidieron adoptar un embrión y ahora son padres de una niña. "Después de una experiencia tan bonita, repetimos. Ahora estoy embarazada de nuevo", confiesa Ana. "Mi sueño era estar embarazada, sentir a mi hijo dentro. Y no lo cambio por nada".

Sem comentários: