Os Transgenicos saense coa sua
El maíz transgénico no es peligroso para la salud humana, en contra de lo que publicó hace tres semanas la Universidad de Caen, en Francia. Es la conclusión a la que ha llegado la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, después de haber hecho un primer análisis sobre este polémico experimento. Según el organismo europeo, el estudio francés no tiene la calidad científica suficiente y por tanto, es prematuro anunciar que los alimentos transgénicos son nocivos para las personas.
El equipo de investigación de la Universidad francesa realizó un experimento con 200 ratas durante dos años y observó que los roedores que se habían alimentado del maíz transgénico NK603 desarrollaron tumores mucho antes que el resto. Además, habían sufrido daños en diversos organismos.
El director del experimento, Gilles-Eric Séralini, defendió los resultados alegando que hasta entonces ninguna investigación sobre alimentos modificados genéticamente había durado tanto tiempo. Nadie había podido analizar, según dijo en el Parlamento Europeo hace dos semanas, sus verdaderos efectos sobre la salud humana.
Informe con numerosos errores metodológicos
Sin embargo, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria acaba de anunciar esta tarde que el informe tiene "numerosos errores metodológicos" que quitan credibilidad a sus conclusiones. Y en una decena de puntos explican cuáles son, uno a uno, los fallos científicos.
Según el organismo, las ratas que se utilizaron son propensas a desarrollar tumores durante su vida, sobre todo en un periodo de dos años"; exactamente el tiempo que duró el experimento. Un dato que "no tuvieron en cuenta" los autores a la hora de llevar a cabo su experimento, añade la agencia.
Además, Séralini y su equipo deberían haber utilizado más roedores, según los estándares internacionales que marca la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Y en uno de sus puntos, la Agencia de Seguridad Alimentaria apunta que en ningún momento se especifica la composición exacta de los alimentos que dieron a los animales.
De esta manera, da la razón a la cantidad de científicos que criticaron el estudio, justo el mismo día que salió publicado en la revista Food and Chemical Toxicology, precisamente por sus errores metodológicos.
Tras conocerse sus conclusiones, el Gobierno francés pidió a la Comisión Europea que prohibiera la importación del maíz transgénico NK603, de la empresa Montsanto. Antes de tomar una decisión, Bruselas pidió al organismo que vela por la seguridad alimentaria que verificara la credibilidad del experimento y si los resultados eran ciertos, prometió actuar en consecuencia.
A la luz de este primer análisis que ha realizado la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, no parece que se vaya a modificar la política comunitaria respecto a los alimentos transgénicos. El organismo ha pedido información más detallada a Séralini, para hacer un examen más exhaustivo que espera tener acabado a finales de este mes.
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