Europa mais tarada
Durante tres años, unos investigadores han analizado la salud mental de 514 millones de ciudadanos de 30 países europeos (los 27 miembros de la UE más Islandia, Suiza y Noruega). Los resultados de su trabajo, presentados por el Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (ECNP), muestran que el 38,2% -alrededor de 164,8 millones de habitantes- sufre un trastorno mental cada año, pero tan sólo un tercio de ellos recibe tratamiento.
Un panorama que lleva a Hans Ulrich Wittchen, director del Intituto de Psicología y Psicoterapia de la Universidad de Dresden (Alemania) y coordinador de la investigación a alertar de que "estos problemas se han convertido en el mayor reto europeo de salud del siglo XXI, por la discapacidad que producen y los costes sociales y económicos que conllevan".
En el ranking de trastornos mentales que más afectan a los europeos el primer puesto se lo lleva la ansiedad (14%), seguida por el insomnio (7%) y la depresión (6,9%) -que se ha disparado en las mujeres, entre quienes se ha duplicado la incidencia en las últimas dos décadas-. La dependencia del alcohol y las drogas también está bastante extendida (4%) así como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, que padece el 5% de los jóvenes (entre 2 y 17 años). Por su parte, la demencia se mantiene en 1% de prevalencia hasta los 65 años y, a partir de los 85 se dispara hasta un 30%.
"Es necesario tomar medidas en todos los niveles para abordar esta situación, desde un incremento de la financiación para realizar estudios clínicos hasta campañas para concienciar a la gente y enseñarla a identificar estos problemas", reconoce Wittchen. Desde su punto de vista hay dos áreas prioritarias. "Primero, acortar la enorme brecha que existe actualmente entre el número de enfermos mentales y aquellos que reciben tratamiento. Estos trastornos suelen dar los primeros síntomas de alarma a edades muy tempranas y tienen un gran impacto en la persona con el paso de los años. Por eso, sólo cuando el tratamiento se inicia a tiempo puede prevenir complicaciones posteriores", declara.
En segundo lugar considera que "hay que tener en cuenta simultáneamente los trastornos mentales (depresión, ansiedad...) y neurológicos (infarto cerebral, traumatismos, Parkinson...) porque comparten muchos mecanismos de actuación y unos tienen impacto en los otros. Sólo una aproximación conjunta puede llevar a un mejor conocimiento de estos problemas y de sus causas".
El estigma que aún hoy rodea a muchos de estos problemas y la falta de conciencia pública sobre el impacto que tienen en la sociedad son, según los investigadores, "los mayores obstáculos para mejorar la situación".
Cada vez menos inversión
En cuanto al impacto económico, un estudio similar de 2005 -que se centró en una población de 300 millones de personas- estimaba que estas enfermedades costaban al sistema unos 386 billones de euros. Aunque los datos económicos del nuevo trabajo aún no han terminado de analizarse, los investigadores sí afirman, en declaraciones recogidas por la agencia Reuters, que "los costes serán considerablemente más elevados".
Un reciente estudio del ECNP alertaba además de que las principales compañías farmacéuticas estaban abandonando la investigación sobre trastornos mentales y enfermedades del cerebro. "A los ya bajos niveles de financiación por parte de la UE, la crisis ha obligado a retirar fondos para la investigación de nuevas moléculas, lo que supone la retirada de esperanza para los pacientes y sus familias", concluye ese informe.
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