Robot´s Soldados
Todo avance tiene una moneda de dos caras, o se puede usar bien o se puede usar mal
"Si no se hubiera investigado estos 30 o 40 años en inteligencia artificial y robótica, sería imposible hacer un robot como 'Curiosity'", explica Ramón López de Mántaras, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA), que depende del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), situado en Barcelona. El aterrizaje de este explorador en Marte es clave para conocer más detalles sobre la geología del llamado planeta rojo, pero sin el desarrollo de sus sensores, o de su sistema de navegación para evitar obstáculos, sería imposible su misión espacial.
"La inteligencia artificial avanza muy rápido y si uno se pasa varios años sin hacer actividad investigadora, sin tener estudiantes de doctorado, te arriesgas a quedarte obsoleto", explica el científico. Se declara defensor de la divulgación y de hacer partícipe a la sociedad de los conocimientos que se financian a través de los impuestos de todos. Por ello, estos días participa en un curso sobre Alan Turing, considerado el padre de su materia, que organiza la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.
"Con uno de mis doctorandos estamos trabajando en la robótica del desarrollo o también denominada epigenética. Se trata de dar un comportamiento innato muy reducido a un robot de manera que aprenda interactuando con su entorno", apunta. Para entenderlo, cita un ejemplo práctico: "Igual que un niño de corta edad agarra todos los objetos que puede, experimenta y así mejora sus habilidades motoras". El objetivo es lograr el desarrollo paulatino en máquinas inteligentes y con este trabajo, el propio López de Mántaras ha dado uno de los pasos para lograr una inteligencia artificial general.
El científico explica que hay dos visiones de la inteligencia artificial: la más débil, que son las investigaciones en un contexto muy limitado como puede ser la creación de sistemas de reconocimiento del habla, o de automóviles sin piloto capaces de recorrer kilómetros, y la más fuerte, en la que ya está inmerso. "Sería la que iguala e incluso supera la inteligencia general humana", afirma para añadir que aquí es cuando entra en juego la ética.
"Todo avance tiene una moneda de dos caras, o se puede usar bien o se puede usar mal". Para ilustrar señala que hay países que persiguen la creación de robot soldados, aunque oculten la información: "Eso debería limitarse, no es razonable ni ético dar esa capacidad autónoma de decidir a una máquina a la hora de si dispara o no un arma que puede ser letal". El Director del IIIA apuesta, llegado el caso, por la creación de comisiones que regulen estas actividades que ponen en peligro la seguridad de las personas.
La existencia futura de un humanoide, ¿realidad o ficción?
Ramón López de Mántaras reconoce que la investigación se ha fijado en la ficción para hallar ideas como las que refleja '2001. Una Odisea del espacio': "Fue guión muy visionario en cuanto a plasmar cuáles eran las capacidades de una máquina inteligente". Aun así, cree que queda mucho para que se descubra un humanoide con las capacidades sensoriales de las personas: "ASIMO -el robot presentado por Honda hace unos meses- y otros están muy bien a nivel mecánico, pero se necesita que su software sea más sofisticado para aprender nuevas tareas".
Dentro del propio Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial, se encuentra la Unidad de Desarrollo Tecnológico que canaliza estos proyectos hacia la sociedad a través de las empresas. "Con la que está cayendo nos encontramos con que vuelve a decaer esta actividad", señala sobre una realidad que generaba 500.000 euros de ingresos en 2010 y que, como otras, se ve mermada por una crisis de la que tampoco escapa el propio CSIC.
"Al reducir el presupuesto de funcionamiento, nos ha obligado a apretarnos más el cinturón, controlar y reducir los gastos corrientes", declara. "El problema más grave es que hay una generación que está terminando sus tesis doctorales o postdoctorado en el extranjero que ve peligrar su futuro porque no va a haber plazas nuevas en España: en el CSIC prácticamente cero", prosigue.
Sus investigaciones no peligran hasta 2014, pero llama la atención sobre la falta de inversión y los recortes por parte de las Administraciones: "A los políticos, cuando hablan a los medios o cuando hacen declaraciones públicas sobre investigación, sólo les oigo decir que es importantísimo, pero luego los hechos los contradicen". Y añade: "Soy muy pesimista en cómo estará la investigación en España en unos años".
Sem comentários:
Enviar um comentário