Conserva teu cerebro
Si quieres mantener el cerebro activo, no sólo puedes
beneficiarte con los juegos de la mente. Cada vez son más los estudios que
comprueban los beneficios del ejercicio físico para la memoria y la actividad
cognitiva. Aquí te contamos sobre nuevas investigaciones que demuestran esta
teoría.
A medida que envejecemos, es posible que las capacidades
mentales, como la memoria, la concentración y el aprendizaje comiencen a
disminuir. Muchas personas, incluso, desarrollan el temido Alzheimer, una
condición que, en los peores casos, hace que las personas hasta dejen de
reconocer a sus seres queridos y se olviden de lo que han hecho cinco minutos
antes.
Afortunadamente, puedes hacer varios cambios en tu estilo de
vida para fortalecer tu memoria. Posiblemente, lo primero que asocias con eso
son los juegos de la mente y otros ejercicios mentales, que si bien ayudan, no
son los únicos.
El ejercicio físico también colabora con esta tarea, ya que
aumenta el flujo sanguíneo que recorre e irriga el cuerpo y el cerebro, lo que
puede ayudar con la memoria. Al respecto, por ejemplo, ya te habíamos contado
acerca de un estudio de acuerdo al cual caminar de 9 a 15 kilómetros (entre 5 y
9 millas) por semana puede ser bueno para conservar la memoria y para evitar
enfermedades cerebrales que pueden presentarse con la edad.
Ahora, nuevas investigaciones brindan más datos sobre este
tema. Se trata de tres trabajos que fueron presentados en la reunión anual de
la Asociación de Alzheimer, en Vancouver, Canadá, según los cuales distintas
actividades físicas fueron asociadas a cerebros más sanos en los adultos y
ayudarían a prevenir o evitar el Alzheimer.
Uno de ellos encontró que los adultos mayores normalmente
sedentarios que caminaban a un paso moderado tres veces por semana, durante un
año, habían mejorado el tamaño del hipocampo, una región del cerebro que tiene
que ver con la memoria y se asocia a un cerebro sano.
Otro estudio halló que el entrenamiento de resistencia (con
pesas) dos veces por semana ayudó a las mujeres mayores de 70 años de edad que
mostraban señales leves de declive mental a mejorar sus puntuaciones en pruebas
de la memoria y del pensamiento. Además, detectaron que las mujeres que
practicaron un entrenamiento aeróbico mostraron mejorías en el equilibrio, la
movilidad y la capacidad cardiovascular.
Algo similar encontró el tercer estudio, que consideró a los
adultos mayores con deterioro leve de la memoria. Los que siguieron un
entrenamiento con ejercicios de fuerza, aeróbicos y ejercicios para mejorar el
equilibrio mostraron mejoría en la memoria y la capacidad de usar el lenguaje,
en comparación con los del grupo de educación.
Estos resultados sugieren la importancia de la actividad
física para el cuidado de la memoria. ¿Quieres conocer qué más puedes hacer
para mantener tu mente activa y tu memoria fresca? Pues he aquí algunos
consejos:
Mantente activo(a) y acompaña la actividad física con
ejercicios intelectuales como leer, escribir, ver películas u obras de teatro,
jugar y conversar sobre eventos de actualidad.
No dejes de relacionarte con los demás. A medida que
envejecemos, tendemos a aislarnos. Trata de mantenerte en contacto con
familiares y amigos y participa en actividades de grupo o comunitarias.
Elige una alimentación sana que te ayude a mantener el
corazón y el cerebro saludables. ¿Qué alimentos son mejores? Las frutas y
vegetales, los cereales integrales y las carnes magras, aves y pescados (evita
las grasas y los azúcares).
Bebe suficiente cantidad de agua y limita el consumo de
alcohol, porque tanto la deshidratación como el exceso de alcohol pueden
llevarte a un estado de confusión y posiblemente te hagan perder la memoria.
Mantén la organización de tu hogar y tus tareas. Estructurar
las actividades diarias disminuye los olvidos. Puedes ayudarte con listas y
guardando las cosas en el lugar que les corresponde.
Trata de enfocarte en una tarea por vez. Hacer varias al
mismo tiempo puede ser estresante y distraerte, dos situaciones que no son
buenas para la memoria.
Con todas estas claves en mente, ya estás listo para
preparar tu plan de acción para tener una memoria a prueba de olvidos.
¡Anímate! Y si tienes dudas o sientes que tu mente ya no responde como antes y
eso te preocupa, consulta a tu médico o a un especialista (a un neurólogo) para
que despeje tus dudas.
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