Hormonas e deficiencias
Un nivel deficiente de hormona tiroidea podría afectar el color de la visión en los adultos , según una investigación realizada por el Instituto Max Planck para la Investigación Cerebral de Frankfurt (Alemania) y de las universidades de Frankfurt y Viena (Austria), que han comprobado este fenómeno en ratas y ratones.
La hormona tiroidea tiene un papel clave en el desarrollo del organismo y concretamente, del sistema nervioso. Los niños que nacen con deficiencia de hormona tiroidea presentan defectos graves en su desarrollo mental y psicológico, por lo que los recién nacidos son revisados de forma rutinaria para averiguar si sufren este problema y se les trata, cuando procede, con una terapia hormonal sustitutiva.
La hormona tiroidea tiene un papel clave en el desarrollo del organismo y concretamente, del sistema nervioso. Los niños que nacen con deficiencia de hormona tiroidea presentan defectos graves en su desarrollo mental y psicológico, por lo que los recién nacidos son revisados de forma rutinaria para averiguar si sufren este problema y se les trata, cuando procede, con una terapia hormonal sustitutiva.
Diversos estudios realizados en ratones han demostrado que la hormona tiroidea juega también un importante rol en el desarrollo del ojo y en particular, de las células del cono visual, responsables del color de la visión.
La mayoría de los mamíferos presentan dos tipos de conos con diferentes sensibilidades espectrales, que contienen uno de los dos pigmentos visuales que existen (opsinas): opsinas sensible a la luz de onda corta (luz azul) u opsinas de luz de onda media y larga (luz verde).
Hasta ahora, los científicos consideraban que el control de la producción de opsinas por parte de la hormona tiroidea era un fenómeno propio del desarrollo. Así, los expertos asumían que, en los conos maduros, el programa de producción de opsinas era fijo y no necesitaba ser regulado.
El equipo de investigadores de Martin Glösmann y Anika Glaschke, del Instituto Max Planck de Investigación Cerebral, ha puesto en duda esta visión, tras demostrar en ratas y ratones que la producción de opsinas en conos maduros continúa dependiendo de la hormona tiroidea. Los autores del trabajo piensan que este mecanismo existe en todos los mamíferos, incluidos los humanos.
Para llegar a esta conclusión analizaron los conos de ratones y ratas adultas con hipotiroidismo durante varias semanas. En estos ratones, todos los conos produjeron opsinas azules y redujeron la producción de opsinas verdes.
Tras terminar el tratamiento, los niveles hormonales volvieron a la normalidad y los conos revirtieron la producción de opsinas a sus patrones 'regulares' : un tipo de cono produciendo opsina verde y el otro azul. Así, concluyeron que los conos, cuya tipología se define por la clase de opsina que fabrican, son controlados de forma dinámica y reversible por la hormona tiroidea durante toda la vida.
Según Glösmann, "si este mecanismo actúa también en los conos humanos, la aparición de una deficiencia de hormona tiroidea en adultos --por ejemplo, como consecuencia de una dieta desequilibrada o de la extirpación de la tiroide-- podría también afectar a las opsinas de los conos y por ello, al color de la visión"
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