16/05/12

Fame e mulheres

 

Maior nacimento de mulheres por falta de alimentos

Pasar hambre es, además de una gran tragedia social e individual, una variable que afecta a la biología de los organismos, incluidos los humanos. Aunque el efecto biológico de las hambrunas sobre las poblaciones humanas no ha sido bien cuantificado, se sabe que influye, al menos, en el envejecimiento y en el riesgo de padecer numerosas enfermedades, algunas infecciosas y otras no infecciosas (enfermeddes cardiovasculares, diabetes, etc).


Esvástica en China
Shige Song, un Profesor de sociología que ahora trabaja en la Universidad de Nueva York, y que antes estuvo en la Academia China de Ciencias Sociales de Beijing, ha publicado varios trabajos en los que analiza el efecto de la hambruna sufrida en China entre los años 1958 y 1961 sobre los supervivientes y descendientes de ellos, utilizando el análisis de diversos factores biológicos. Así ha publicado trabajos en los que analiza la posible repercusión de ese período sobre la frecuencia de la esquizofreniala tasa de mortalidad o sobre la tasa de fertilidad en los descendientes de ese período.

La hambruna que asoló China entre 1958 y 1961, formaba parte de un período que se denominó “el Gran Salto Adelante”. Se estima que durante esa hambruna sucedieron entre 15 millones de muertos (según las estadísticas del gobierno)  y 36 millones de muertos (según datos más recientes procedentes de fuentes no gubernamentales). Según los expertos, los motivos fueron varios: se apunta que ocurrieron una conjunción de errores políticos (por ejemplo: las autoridades chinas decidieron promover la producción de hierro y acero;  a ello se dedicaron grandes cantidades de recursos humanos, que en cambio abandonaron el cultivo del cereal) y errores en las prácticas agrícolas (se apostó por el monocultivo y por arar más profundamente los campos, sepultando en piedra las capas más fértiles cultivables), a los se unieron fenómenos climatológicos adversos (sequías seguidas de inundaciones). Sea como fuere, decenas de millones de chinos murieron en esos 3 años.
El 28 de marzo del 2012, Song ha publicado un trabajo en la revista Proceedings of the Royal Society Biological Science en el que analiza el efecto de la hambruna sobre la proporción de sexos de los descendientes que sobrevivieron a ese período. No es el primer trabajo que lo aborda: ya habían sido publicados otros trabajos con la misma intención, basados en datos demográficos relativos a la hambruna holandesa ocurrida entre 1944-1945 y a la de Leningrado de 1942. Sin embargo, a diferencia de esos trabajos previos, en los que no se detectó ningún efecto diferenciador en el sexo de los descendientes, Song encuentra una proporción significativamente mayor de niñas que nacieron después de la hambruna, que las que habían nacido en años previos a ese período.
Este resultado podría apoyar la hipótesis del “ajuste de proporción de sexos”, una propuesta que se planteó a finales de la década de 1970, según la cual las especies podrían modificar las proporciones de los sexos de la descendencia en respuesta a determinadas condiciones ambientales. Según esta hipótesis, en condiciones de insalubridad, mala alimentación o escasez de alimentos, los organismos tienden a tener menos descendientes machos que descendientes hembras, permitiendo una mayor competencia entre los machos reproductores y una selección de los más aptos. No fue hasta un trabajo realizado con ciervos rojos en 1984 que se encontraron datos concordantes con la misma  y, hasta el momento, no se habían encontrado apoyos en trabajos realizados con poblaciones humanas.
Volviendo al trabajo de Song, sus conclusiones están basadas en historias retrospectivas de 310.101 mujeres chinas nacidas en China entre 1929 y 1982. Los datos que utiliza Song corresponden a una encuesta que realizó la Comisión Estatal de Planificación Familiar de China a mujeres de todo el país en 1982. En ella, se realizaban varias preguntas relativas a la historia reproductiva de las encuestadas. Conviene recordar que en 1979 (3 años antes de la realización de la encuesta), el gobierno chino había instaurado la política que se denominó “Una familia, un niño”. Es obvio que la precisión de los datos obtenidos de la encuesta es directamente dependiente de la información transmitida por las mujeres durante las entrevistas. Song dice que no cree que en un asunto como el género de los descendientes las mujeres hayan cometido engaños u olvidos. Sin embargo, surgen algunas dudas sobre la fiabilidad de las declaraciones de las encuestadas sobre un tema tan comprometido y tan relacionado con la procreación como el sexo del descendiente, en un contexto social y legislativo marcado por una ley que limita el número de descendientes.
Song, además recalca que si otros investigadores no han encontrado en trabajos anteriores una mayor proporción de descendientes femeninos tras un período de hambruna es porque en el caso que el estudia, el período de hambruna duró más tiempo que en otros ejemplos y además afectó a mayor número de población. En eso, no le falta razón.

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