Uma luz contra o cancro
Un nuevo tratamiento que destruye las células cancerosas con calor está otorgando esperanza a los pacientes que previamente tenían pocas opciones. Los médicos de la Clínica Mayo, de Jacksonville, Florida, están entre los primeros en usar ablación con láser dirigida por imagen de resonancia magnética (IRM) para quemar y destruir tumores en el hígado, riñón y próstata.
“Con la ablación con láser, podemos identificar con precisión y destruir tumores sin dañar el resto de un órgano”, dice el Dr. Eric Walser, un radiólogo intervencionista que ha sido pionero en el procedimiento en la Clínica Mayo en Florida. “Creemos que hay muchos potenciales usos para esta técnica, lo que es bastante excitante”.
Iluminando o caminho |
En la ablación con láser, una pequeña aguja se inserta en el tumor. La energía de la luz es transmitida a través de la aguja para destruir el tumor. El procedimiento ambulatorio se desarrolla con la orientación de una máquina de MRI, que puede monitorear con precisión la temperatura dentro y alrededor del tumor. Cuando el tumor y una pequeña porción del tejido circundante (que puede tener células cancerosas) se calientan al punto de destrucción, el láser se apaga.
De acuerdo a Walser, es la combinación del láser y la IRM lo que hace al tratamiento tan exitoso. “Con la IRM podemos identificar estas lesiones y ver en el monitor mientras se están destruyendo. Podemos dirigir el láser al tumor con precisión por la cantidad exacta de tiempo, sin dañar los órganos circundantes”, dice el especialista.
Walser lidera la iniciativa en la Clínica Mayo en Florida para usar la ablación por láser para los tumores de riñón e hígado y está adaptando el procedimiento para cáncer de pulmón, tiroides y hueso. Hasta ahora, más de 15 pacientes han sido tratados con ablación por láser en Jacksonville.
“Los mejores pacientes para este procedimiento son aquellos que tienen tanto un tumor solitario como un cáncer metastático que está confinado a un órgano”, explica. Tumores que miden 5 centímetros o menos tienen más respuesta. Tumores de mayor tamaño son usualmente tratados con quimioterapia o terapia de radiación. Debido a que la técnica se desarrolla dentro de una máquina de IRM, pacientes con marcapasos u otros implantes metálicos no son candidatos para este procedimiento.
A los pacientes se les coloca anestesia general para prevenir que se muevan mientras la fibra de láser está activa, lo que demora sólo 2.5 minutos para tumores en el hígado y en el riñón. Muchos pacientes pueden volver a su casa el mismo día y experimentan algo de dolor local y síntomas parecidos a la gripe debido a que el cuerpo absorbe el tejido destruido. Los efectos colaterales usualmente desaparecen dentro de una semana.
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