A médula osea muda em pel
- Son capaces acelerar la cicatrización de las heridas y las quemaduras
Puede que algún día las células de la médula ósea formen parte del tratamiento de úlceras y quemaduras. Una nueva investigación corrobora que contribuyen significativamente a la regeneración de la piel dañada y así lo refleja un artículo publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)'.
Con el objetivo de identificar cuáles son las células responsables de este proceso, un grupo de científicos de la Universidad de Osaka (Japón) y del King's College London (Reino Unido) han desarrollado un curioso estudio con ratones. Primero, irradiaron al animal de forma letal, haciéndose necesario un trasplante de médula ósea para mantenerlo vivo. Mientras tanto, habían manipulado genéticamente a otros ratones para que todas sus células se expresaran con un color verde fluorescente, a través de proteínas verdes fluorescente (GFP, por sus siglas en inglés-), una de las principales herramientas de trabajo de la biociencia moderna. De estos extrajeron la médula ósea y la trasplantaron a los animales radiados. Una vez finalizada la intervención, les provocaron una herida y observaron su evolución. Los resultados fueron muy positivos.
Como subrayan los propios investigadores, "un significativo número de células 'verdes' acudía a la zona dañada y conseguía reconstruir más rápidamente piel nueva". De alguna forma, dichas células tienen directrices para cicatrizar la piel. Hay una serie de proteínas (como la HMGB1), tal y como muestra el estudio, que "movilizan a estas células desde la médula hasta la zona donde sean necesarias".
El camino es largo
Según Damián García Olmo, director de la Unidad de Terapia Celular del Hospital La Paz (de Madrid), "esta investigación confirma una vez más que las células de la médula ósea mejoran algunos tipos de cicatrización. Además, los autores intentaron caracterizar las células responsables de este proceso, aunque, finalmente, no concluyen nada definitivo". Lo que sí se ve es que "son bastante compatibles con las células mesenquimales, que son las que más se están utilizando en las investigaciones sobre reparación de tejidos", agrega.
En la actualidad, este especialista español está inmerso en varios trabajos relacionados con el papel de las células madre en la cicatrización de la piel, tanto las procedentes de la médula ósea como de la grasa. "Al principio se pensaba que sólo se localizaban en la médula, pero también se encuentran en otros tejidos, como el músculo y la zona periodontal", señala el doctor García Olmo. Se extraen mediante punción (médula ósea) o liposucción (en el caso de la grasa). "Se seleccionan las células mesenquimales para inyectarlas directamente sobre la herida o en alguna arteria para que llegue al foco que se necesita reparar".
Desgraciadamente, aún nadie ha demostrado de forma fehaciente que esta terapia avanzada sea tan útil como para trasladarla a la práctica clínica. De hecho, "en nuestros estudios, aunque obtenemos buenos resultados, no son tan brillantes como esperábamos".
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