REPÚBLICA CHECA Un millar de policías tuvo que emplearse ayer a fondo para detener la marcha de unos 500 seguidores del neonazi Partido Obrero cuando intentaban asaltar un campamento de gitanos en Litvinov, a unos 120 kilómetros al norte de Praga. La policía utilizó vehículos blindados, tanques de agua, agentes a caballo y un helicóptero, pero sólo 16 de los extremistas - que lanzaron cócteles molotov y quemaron un coche policial- resultaron heridos. Quince fueron detenidos. L
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